Septiembre 6, 2019
Lo que pasa en el sector
Pautas para entender al mercado

El Gurú del Agro

Ante una buena cantidad de productores invitados por Nidera, el consultor hizo una detallada descripción de lo que está pasando en el mundo tras la guerra comercial entre China y Estados Unidos; trató de aconsejarlos sobre lo que hay que hacer con la soja, el maíz y el trigo; y les pidió que sepan manejar los tiempos con criterio.

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El Diario de la República (San Luis)

Marcelo Dettoni.- Hay analistas de mercado, ya sea de granos o de carne, que causan impacto a cada lugar que van, casi siempre contratados por empresas que quieren agasajar a sus clientes. Son tipos de peso, cuya palabra es valorada por los productores, una especie de “gurúes” que pueden pintar un panorama de lo que está pasando y de lo que se viene, que es aún más importante. Y contar con esa información en un país imprevisible como la Argentina, a veces es muy valioso.

 

Claro, no tienen la bola de cristal, lo suyo no dejan de ser pronósticos imperfectos que navegan a merced de la timba financiera (porque los mercados agrícolas también lo son), pero siempre fruto de una amplia experiencia y de estar todo el día en el negocio, analizando variables, haciendo llamadas, observando mercados internacionales y arriesgando el prestigio ante clientes muchas veces muy poderosos, que deben tomar decisiones que implican mucho dinero, y por consiguiente tienen como objetivo imperioso achicar el margen de error.

 

Claro, todo “puede fallar” decía el gran Tu Sam, aunque escucharlos siempre deja la sensación de que luego vamos a saber un poco más de una realidad que está lejos del surco, la semilla, el riego y el silobolsa, pero tiene mucho que ver con el resultado final de todo el negocio. Porque el productor, el que agacha el lomo de sol a sol, está para ganar dinero, más allá de la pasión y el esfuerzo que le pone a su trabajo. Pero muchas veces está lejos de esos centros de poder en donde se decide el destino de su maíz o su soja. Entonces es necesario saber cuándo hay que vender, qué ganan esperando o arriesgando, qué pasa en China o en la Bolsa de Chicago, qué tiene para decir el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) sobre todo esto y mucho más. Porque la producción puede pasar por Pergamino, La Petra o Marcos Juárez, pero la pelota siempre termina en otro campo, sin tractores, donde mandan los de saco y corbata… lamentablemente.

 

En la despedida, Erize les pidió a los productores que sepan manejar los tiempos del mercado y que tengan presente dos máximas de oro: información y criterio.

 

Semejante introducción solo buscaba poner en contexto lo que significó la visita de Enrique Erize a San Luis, que despertó una gran expectativa entre los productores que pudieron invertir una noche de charla y cena en el restaurante Uovo, en el centro de la capital puntana. Claro, fueron unos elegidos, que contaron con esa chance por ser clientes de Tecnoplant, el representante en la provincia de la semillera Nidera, que fue la encargada de la presentación.

 

Erize tiene una larga trayectoria como analista de mercados agrícolas. Es el presidente y socio-fundador de Novitas, una empresa que brinda soporte de consultoría a varias empresas, asesora en temas de comercialización y brinda servicios de capacitación a la agroindustria argentina. Fue director del Banco Nación en el final del gobierno de Raúl Alfonsín, vicepresidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y titular de la Federación de Acopiadores de Cereales. Además, es profesor universitario en materias relacionadas con los agronegocios y dicta clases en una maestría en San Andrés. El productor medio lo conoce también por sus columnas sobre mercados agrícolas en el diario La Nación.

 

Es un disertante que trata de hablar de manera sencilla, desafiando siempre al auditorio para que piense, le gusta involucrarse en interesantes idas y vueltas con la gente que lo escucha y por momentos resulta altanero, pero es parte de un libreto perfectamente estudiado para captar la atención y agregarle un interés extra a la charla, que de por sí es atrapante. Porque hoy todo el mundo quiere saber qué va a pasar con el trigo, el maíz y la soja en el mundo; cómo influye el clima y el humor de los fondos de inversión, quiénes son los grandes jugadores y cómo hay que enfrentar a esa entidad inabarcable y misteriosa (al menos eso nos quieren hacer creer) que es el “mercado”, término tan meneado en muchos sentidos durante los casi cuatro años que lleva Mauricio Macri en el poder.

 

Frenético. Así es el ritmo que tiene la bolsa de valores para el trigo, la soja y el maíz.

 

El mercado parece tener la solución para todo, es el culpable de los males y el salvador contra las recetas totalitarias, el que determina oferta y demanda, el que cataliza un resultado electoral y tiene a millones de argentinos mirando las pizarras de las casas de cambio y los resultados del Merval. Mucho poder para algo tan abstracto.

 

Y Erize es un sagaz analista de ese mundo que muchos aborrecen y tantos otros aman como un mantra. Le saca provecho como pocos a esa obsesión tan argentina por saber qué dicen y qué piensan los mercados. De entrada nomás, como la charla fue apenas cuatro días después de que el resultado de las PASO repusiera a las fuerzas del mercado en el escenario y colocara al Gobierno en un brete del que le resultará casi imposible de zafar, fue sincero con los 50 puntanos que se acercaron a escucharlo: “Me tocó lo más difícil, veníamos complicados y ahora más”, dijo con el paraguas abierto, pero siempre dispuesto a ir por más.

 

El panorama internacional

 

En el arranque, apuntó al panorama internacional para poder entender luego la realidad que vive la Argentina. “China define el mercado granario como una cuestión geopolítica. (Donald) Trump se dio cuenta un año atrás de esto y entonces se desató la guerra comercial. Ya no era la economía, sino la política la que estaba en el campo de batalla. El presidente de los Estados Unidos pateó el tablero cuando se dio cuenta de que el déficit comercial de su país era de más de 305 mil millones de dólares”, explicó.

 

Claro, China enseguida gravó el ingreso de soja a su territorio y los precios en Chicago se derrumbaron ante la posibilidad de perder un mercado tan importante. “La pelea es por la hegemonía del siglo XXI. China fue el número uno del planeta tres siglos atrás, cuando Estados Unidos todavía no existía, muchos lo olvidan, pero ya conoce lo que es estar ahí arriba. Esta puja es muy seria y recién empieza”, advirtió el consultor.

 

Como en el ajedrez, en el tablero geopolítico comenzaron a tallar varias piezas.

 

“China comenzó con una invasión agrícola al resto del mundo, involucró a Rusia, Ucrania, Canadá y hasta al África. Trump, que hasta entonces ignoraba a Latinoamérica al punto de levantar un muro con México, comenzó a mirarla con otros ojos. Incluso ahora hace mucha fuerza para que gane Macri”, siguió Erize, quien describió los mejores campos del mundo, y por ende, las regiones más apetecidas por las potencias: “El cinturón maicero de los Estados Unidos, Rusia, Ucrania y la Pampa Húmeda argentina”.

 

China, como a todo el mundo que está involucrado en la agricultura, es su gran obsesión. “El proyecto que tienen se denomina ‘one belt, one road’ (una franja, una ruta), que es la vieja franja económica de la ruta de la seda pero actualizada. Es la ruta marítima que los chinos imaginan para el siglo XXI, abarca autopistas y vías férreas a Europa, el sudeste asiático, África y Medio Oriente. Y todo mientras Estados Unidos mira con impotencia, porque lo separa un océano de todo esto”, aseguró, para definirlo como “un choque de trenes, un momento bisagra para la humanidad”.

 

Para Erize, la génesis de la guerra comercial que hoy sufre el mundo, fueron las patentes industriales y la propiedad intelectual. “La soja es apenas una víctima”, definió. Y como si no bastara con los tironeos entre las dos potencias, apareció la peste porcina africana para complicar aún más las cosas. “El USDA cree, aunque en realidad es un secreto de Estado, que los chinos ya debieron sacrificar 440 millones de cabezas. Algo que no es fácil, porque los cerdos allí están muy diseminados por pequeñas aldeas. Pero imaginen el volumen, porque la Unión Europea en total tiene 140 millones de porcinos y los Estados Unidos otros 70 millones. ¡Estos tipos ya mataron 440 millones de su principal alimento!”.

 

Claro, cada crisis brinda oportunidades, y según el consultor Argentina tiene la suya delante de los ojos, aunque habrá que ver si la puede o la sabe aprovechar. “Nosotros producimos medio millón de toneladas de carne de cerdo y los chinos consumen 54 millones, o sea que representamos el 1%. Lo que hay que entender es que ellos están matando cerdos, no chinos, por lo que siguen siendo 1.350 millones de habitantes para alimentar. Van a comer lo mismo que ahora y deben salir a comprar”, dejó la puerta abierta para el comercio exterior, que hoy es acotado en el sector porcino nacional.

 

Soja. Según Erize, hay 40 millones de toneladas que todavía no tienen fijado un precio. El temor es a que suban las retenciones.

 

Claro, menos cerdos implican también menos necesidad de comprar soja de parte del gigante asiático, porque hay menos animales que alimentar. “Pero no cayó la demanda de carne. Es un país que tiene más millonarios que los habitantes que hay en todo Estados Unidos. En 2012 el 54% era de clase media baja, para 2022 esperan que ese mismo porcentaje de la población sea de clase media alta.

 

Un crecimiento impresionante”, calificó el disertante, quien cree que China y Argentina calzan justo para hacer negocios: “Es el país que nos complementa. Ellos piden energía y alimentos, y nosotros necesitamos con desesperación su dinero”.

 

El mercado de granos

 

Ya yendo más al “grano” (nunca mejor utilizada la palabra en un ambiente donde no se habló de otra cosa durante tres horas), Erize describió la coyuntura que vive el sector y habló de “un momento difícil para los mercados granarios”.

 

Los argumentos están respaldados por los números y la realidad: seis cosechas récord, consecutivas, en Estados Unidos (aunque la que viene está claramente en retroceso), la guerra comercial en ciernes, la peste porcina africana y las “sorpresas” del USDA a la hora de dar a conocer sus estimaciones de producción.

 

“Es clave saber manejar los tiempos del mercado, porque los precios seguirán chatos, salvo que ocurra algo excepcional. En noviembre del año pasado tuvimos una cosecha impresionante en el norte del continente, una siembra que también fue récord en Brasil, el aumento del área sembrada en la Argentina y menos importaciones de China, todos problemas para la soja”, contó. Consultado sobre el maíz, dio una primera definición tajante: “El maíz tardío es un clavo comercial”.

 

Claro, no todo fue malo para la Argentina poco después. Llegaron lluvias muy fuertes en la primavera estadounidense, con inundaciones incluidas, que atrasaron la siembra de maíz. “Para ellos es dramático porque siembran en 10 días, no tienen la ventaja de la Argentina, que puede correr la fecha hacia adelante. Tenemos que valorar este guiño del destino”, pidió.

 

Si bien nuestro país está considerado un productor de nivel mundial, no se puede comparar con Estados Unidos. “Acá, con seis millones de hectáreas, sacamos 8 mil kilos de promedio. Ellos, con 11 millones, logran 11 mil kilos, son unos grosos”, elogió Erize, quien cree que con la soja pasa lo mismo, nos superan en producción pero tuvieron problemas con el clima. “El rinde máximo lo consiguen sembrando hasta el 20 de mayo, pero las lluvias obligaron a seguir con esa tarea hasta julio. Ahora recemos por una ola de calor en Estados Unidos”, dijo el consultor, mitad en broma, mitad en serio.

 

La gran diferencia, más allá de los rindes, está en el apoyo estatal que hay “allá” y la desprotección que tienen los productores “acá”. “Cuando hay demoras en la siembra, como este año, tienen 21 mecanismos de ayuda, entre ellos el seguro "prevent planting", que les paga 670 dólares por hectárea no sembrada de maíz y 496 dólares por hectárea no sembrada de soja. Mientras que acá solo hay retenciones. Siempre digo que lo de ustedes es conmovedor”, se sacó el sombrero ante un auditorio en el que mayoritariamente había productores de baja escala.

 

El presidente de Novitas confió, porque se lo contó un ingeniero agrónomo que recorrió 1.700 kilómetros del cinturón maicero norteamericano que “no hay maíces como la gente y la soja también está en mal estado. Cayeron heladas sobre el 40% del maíz sembrado en junio y se esperan otras para octubre, lo que sería un completo desastre. Y peor para la soja, porque ellos no hacen de segunda”.

 

Si la Argentina se puede esperanzar en sacar ventajas con la calidad de sus cultivos, no debe tener muchas expectativas con los precios. “Son los más bajos en 10 años, y 100 dólares por debajo del promedio de la última década”, dijo el consultor, quien describió en pocas palabras cómo funciona la Bolsa de Chicago, el centro mundial que fija los precios de los granos: “Allí operan los propios agricultores, las empresas comerciales (tambos, feedlots, productoras de etanol) y los fondos especulativos, que siempre apuestan al corto plazo y son los que venden hoy y marcan el espectro de precios. Siempre tienen razón, porque se manejan con modelos matemáticos”. Igual, no le parece que Chicago fuera un mantra insoslayable: “Lo crearon para ellos, si la Argentina lo quiere tomar de referencia, es un problema de la Argentina”.

 

Erize cree que no hay forma de que el maíz vaya al alza de precios. “Hay mucho volumen de oferta para los próximos meses, porque Brasil tiene una cosecha récord y la Argentina también. Solo podría subir unos 20 dólares por la ola de calor en Estados Unidos”, vaticinó. La mejor posibilidad para los productores argentinos es que esa floja cosecha norteamericana los obligue a bajar los envíos a México y Japón, sus principales compradores. “Eso sería bueno para ustedes porque subirían los precios, pero la pregunta es: ¿quién tiene maíz en marzo? Brasil no, recién en junio; Estados Unidos tampoco, aparece en octubre. Lo tiene la Argentina, aquel que hizo maíz temprano. En marzo de 2020 se van a acordar de mí, que les dije que hagan maíz temprano, que el tardío es un clavo comercial”, recordó con un guiño sobre lo que había apuntado un rato antes.

 

Como información, tiró que “cuando Estados Unidos tiene reservas de maíz por debajo del 10%, los precios explotan porque arranca una fase de racionamiento. Pasó en 1996, en 2008/09, en 2012… ¿pasará otra vez en marzo del año que viene. Ojo que puede ser fugaz, anótense ahora”.

 

Trigo, maíz y soja

 

Luego pasó a describir la realidad de cada cultivo en el mercado local, comenzando con el trigo, el cultivo de invierno que tiene toda la atención puesta en este momento en su rendimiento y en la posibilidad cierta de que siga en expansión, aunque no sea San Luis un productor de primera línea nacional.

 

“Ojo con el optimismo porque acá se alinearon los planetas, ya fracasaron Estados Unidos, Ucrania y Rusia. Hoy somos el octavo productor mundial, con una demanda del 55% de lo que sacamos de nuestros campos. Pero a África y Medio Oriente le vende la Unión Europea, mientras que Rusia y Ucrania se concentran solo en Medio Oriente. Si subimos la superficie, nos metemos 14 millones de toneladas en el traste. Mejor hagamos otros cultivos de invierno, como legumbres o colza, que sirve para producir aceite. El precio se va a caer en enero. No hay libre mercado en el mundo, entre lo que hacía (Guillermo) Moreno y el libertinaje actual hay intermedios”.

 

Sobre el maíz, volvió a recalcar que al temprano le va a ir bien, pero sembró dudas sobre el tardío, que se hace mucho en San Luis por cuestiones climáticas referidas a las heladas y los requerimientos hídricos en pleno desarrollo de la planta. “Íbamos camino a los 120 dólares, de golpe pasó a 160, ¡yo dije en ese momento que vendan! ¿Después qué pasó? Ahora está en 135 dólares. Pero tranquilos, en marzo debe cambiar el escenario para bien”.

 

En cuanto a la soja, informó que “hay 40 millones de toneladas sin precio, sobre una cosecha total de 58 millones, lo que es preocupante, sobre todo porque hay que mirar qué va a pasar con la política. Muchos esperan más retenciones y yo diría que es posible, aún si se diera el milagro de que siguiera Macri. El Gobierno siempre necesita caja y el dólar a sesenta pesos es tentador”, reconoció, para luego dejar una reflexión sobre el Presidente: “El mundo, que no quiere la vuelta del kirchnerismo, le dio pista libre para que se gaste todo en busca de dar vuelta la elección, las principales potencias lo bancan. La pregunta es: ¿será tarde?”.

 

Ya metido de lleno en la política argentina, sinceró las dudas que circulan por el sector financiero de la agroindustria. “Todos temen que si vuelve Cristina, en el rol que sea, vuelvan con ella las regulaciones en el mercado financiero, un posible cepo, el control de cambios, incluso un desdoblamiento de cambiario como ya pidió Felipe Solá, quien fuera ministro de Agricultura de Carlos Menem. La intervención del Estado en el agro siempre fue nefasta, porque el campo termina pagando la fiesta bajo argumentos como ‘defender la mesa de los argentinos’. Entonces podrían volver los controles (ROE’s, cierre de exportaciones) y el maíz barato para los pollos”. Las caras de los productores, a esta altura, lo decían todo. Sin dudas en sus mentes pasaba una y otra vez la película de los ocho años anteriores a la llegada de Cambiemos al poder.

 

Muchos productores se acercaron a escuchar al presidente de Novitas.

 

Pero como todo buen asesor, Erize también dio algunas respuestas técnicas a cuestiones que pueden presentarse en el difícil entramado económico y político de la Argentina. “Si hay desdoblamiento cambiario, no tienen defensa, a ustedes les va a tocar vender con el dólar barato y comprar insumos con el caro, esto siempre fue así. En cambio si suben las retenciones tienen algo para hacer: vayan y compren Call en Chicago (NdeR: es una opción para poder defenderse por un alza o baja muy abrupta de los precios a través de un seguro de compensación), eso Cristina no se los va a poder tocar. Si no saben lo que es el Call, entren a internet y averigüen, sean dueños de la información, actualícense, no se queden solo con los números que les entrega el campo. Hoy tienen que saber todo lo que pasa en los mercados, no alcanza con producir y entregar la mercadería al camionero”, fue el reto que les propuso a los productores puntanos.

 

Información y criterio

 

En la despedida, dejó algunos consejos útiles, apuntando más a la preparación personal que al trabajo en el campo, del que aseguró que los productores siempre van a saber más que un asesor financiero. “Sepan manejar los tiempos del mercado, muestren paciencia pero también arriesguen cuando haga falta, la pasividad no conduce a nada. Si todo es normal, algo que en la Argentina nunca se puede asegurar, los precios seguirán en derrape hasta fin de año. Tengan en cuenta tres preceptos básicos para este negocio: información, criterio y manejo de todas las herramientas que tienen a disposición”.

 

Números engañosos

 

Líneas arriba contamos de las sorpresas que trajo el USDA en esta campaña, que pusieron en duda su capacidad y su prestigio. “El 28 de junio dijeron que Estados Unidos había sembrado dos millones de hectáreas más de maíz que lo proyectado, por supuesto que el mercado se desplomó y los "farmers" (agricultores) insultaron en todos los idiomas.

 

Entonces a los 15 días revisaron los números de 14 estados y se dieron cuenta que faltaba el 17% del área de maíz y el 41% de la de soja. El lunes pasado el USDA recalculó y publicó que habrá 353 millones de maíz para cosechar, otros hablan de 320, yo me inclino por las 330 millones de hectáreas”, apostó Erize, quien tiene muchos viajes al país del norte y también a China.

Fuente: 
El Diario de la República (San Luis)
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