CEO de Bioceres: “Suben las ventas de insumos porque el productor se cubre a un dólar que percibe barato”
Operando casi al 100% de la capacidad instalada, el ejecutivo es optimista con el cierre del balance de este año aunque le preocupa que haya algunos temas sin resolver en la Argentina como la deuda que se está negociando con acreedores privados e incluso regulaciones que tienen trabada la gran apuesta de la firma: el HB4, una tecnología para semillas resistente a la sequía.

Florencia Lendoiro - La pandemia y la cuarentena por el coronavirus no afectaron significativamente las cuentas de Bioceres , la empresa de biotecnología del Grupo Insud comandada por Federico Trucco. Operando casi al 100% de la capacidad instalada, el ejecutivo es optimista con el cierre del balance de este año aunque le preocupa que haya algunos temas sin resolver en la Argentina como la deuda que se está negociando con acreedores privados e incluso regulaciones que tienen trabada la gran apuesta de la firma: el HB4, una tecnología para semillas resistente a la sequía.
-¿Cómo están atravesando la pandemia?
-Realmente no tenemos derecho a la queja. Esta pandemia llegó en un momento en que la compañía había pasado un proceso de fondeo. Habíamos colocado una nota convertible bastante importante para el tamaño de nuestra compañía dos semanas antes. Entonces nos agarró con buena liquidez y en un momento donde el sector en el que participamos mantuvo su performance. Así que, si bien hubo algo de incertidumbre a fines de marzo y algunos días de abril, todo se fue normalizando. Estamos cerrando nuestro año fiscal ahora bastante bien, casi como si no hubiera pasado nada desde el punto de vista de las ventas, sin incidencia de casos de Covid-19 en toda la organización excepto un vendedor en Brasil. La operatoria está hoy casi al 100% de la capacidad instalada.
-¿Van a cerrar el ejercicio con ganancias?
-El primer trimestre del año -que es el tercero de nuestro ejercicio fiscal (de julio a junio)- nos fue mejor que el año pasado pero generalmente es nuestro peor trimestre, es el de peores ventas en el hemisferio sur en el agro. El resultado antes de impuestos fue mejor que el año pasado pero con una pequeña pérdida. Los analistas creen que al cierre de este ejercicio vamos a tener un resultado positivo.
-¿A qué se adjudica la mejora?
-Hay un negocio de fertilizantes especiales que tenía una tasa intrínseca de crecimiento bastante interesante, que este año pensábamos materializar porque hicimos muchas inversiones a nivel de capacidad instalada en la Argentina. También construimos una red de subsidiarias en el exterior, donde Brasil es un mercado cada vez más grande para nosotros y eso nos permitía sostener un buen nivel de crecimiento, de dos dígitos, que es lo que ayuda a generar el resultado. Los gastos fijos se van diluyendo y las ventas aumentan.
-¿De cuánto fue la inversión?
-Hubo inversiones en los últimos 3 o 4 años. En la planta de fertilizantes microgranulados, que se terminó de inaugurar en 2017, hubo una inversión de u$s 30 millones y la red de subsidiarias es un trabajo hormiga de registro de productos y producción que hoy empieza a generar ingresos.
-Hubo varias emisiones este año
-Hicimos una primera colocación chiquita de obligaciones negociables en una ventana que hubo en febrero pero de menos de u$s 8 millones. Luego hicimos una nota convertible para inversores de Estados Unidos en marzo, justo antes de que se desatara los mayores problemas con el coronavirus. Fue muy importante, de u$s 42,5 millones que si se suman a los de febrero nos permitieron hacernos de unos u$s 50 millones. Hace dos semanas también hicimos una colocación de otra ON por u$s 15 millones, a nivel de Rizobacter como todas las colocaciones que hacemos acá. Todo eso fue muy conveniente porque nos dio el capital de trabajo necesario para los próximos 18 o 24 meses, independientemente si renovamos o no las líneas que tenemos de préstamos y con un instrumento que finalmente podemos convertir a equity si por algún motivo queremos preservar la caja y capitalizar la deuda. Obviamente el inversor recibe un precio que debe ser atractivo para él comparado con el valor de mercado de la acción.
-¿Por qué esa nota convertible y no una IPO?
-La nota se hizo en Wall Street pero no está listada, es privada y tiene un instrumento de conversión a acciones de la compañía y ahí pasaría a ser equity público si se termina dando. Es distinta de una IPO, es un bono que tiene 3 años donde la compañía tiene la opción de cancelarlo con acciones si se dan determinadas condiciones o en efectivo. Voluntariamente también el tenedor puede cambiarlo por las acciones. Eso depende de que el valor de mercado de la acción esté por arriba de un valor mínimo.
-¿Cómo quedó el nivel de deuda de la empresa?
-Neta está levemente por arriba de ebidta, que es un ratio bastante sano si consideras que tenemos una posición de caja equivalente a entre el 80% y el 100% de nuestras obligaciones de los próximos 12 meses. Podríamos no renovar nada que ya tendríamos el efectivo para cancelar las obligaciones de corto plazo y si se tiene en cuenta de dónde viene la compañía y el nivel de apalancamiento que tiene, ha habido una evolución muy sólida.
De hecho, acabamos de recibir una mejor de calificación de riesgo crediticio para Rizobacter (la principal subsidiaria). Debe ser una de las pocas compañías que en los últimos tres meses logró algo así.
-¿Para pensar en la evolución de Bioceres hay que mirar el campo o la ciencia?
-La ciencia nos da la materia prima, el campo es donde monetizamos ese conocimiento. Hoy el campo tiene problemas de rentabilidad porque el precio de los commodities es bajo y tiene una alta presión impositiva pero mantuvo su nivel de ingresos en dólares respecto de las otras actividades a lo largo de la pandemia. Entonces en términos relativos, nos da cierta condición de fortaleza porque en la coyuntura se dio que la cosecha fue buena y el productor siente que el dólar a futuro va a estar más caro entonces busca cubrirse y a veces lo hace comprando insumos en forma anticipada.
-¿Esa decisión de los productores impacta en los números?
-Si. En mayo y junio tuvimos ventas que probablemente se expliquen por una estrategia de cobertura financiera del productor que compra por adelantado a un dólar que percibe como barato. Si no hay devaluación, el productor habrá hecho un mal negocio. En Brasil pasó algo similar porque hubo una devaluación del real fuerte y se trata de un sector dolarizado así que la situación de los productores mejoró mucho y también tuvo una buena cosecha, lo que está ayudando.
-¿Cómo evalúa la nueva Ley de Economía de Conocimiento?
-Creo que va a salir una ley que es buena aunque no sea la que idealmente hubiésemos querido. Pero será una ley que por lo menos incluye a la biotecnología. Nosotros teníamos tres preocupaciones que más o menos se fueron atendiendo. Uno era la estabilidad fiscal, es decir que se pueda mantener en el tiempo; otra que la ley que se aprobó el año pasado no tenía cupo y había una noción de incrementalidad para poder ser beneficiado. A veces eso es ajeno a la empresa porque una apreciación del tipo de cambio puede hacer caer en dólares las exportaciones. Nadie quiere poner energía en un trabajo que no va a durar al menos más de 10 años. Esos tres puntos se atendieron.
-¿Bioceres va a aprovechar los beneficios de la ley?
-La idea es poder aprovecharla en algunas empresas del grupo donde es más claro, en otras es menos relevante pero es un elemento de promoción útil.
-¿Qué proyecciones tiene para este año?
-Seguimos manteniendo en parte las proyecciones que teníamos. La pandemia no afectó en forma significativa a nuestra industria, por el contrario en algunas casos nos benefició para acelerar procesos de digitalización que nos van a dar beneficios.
-¿Qué lo preocupan de la situación económica actual?
-Me preocupa que todavía tengamos pendientes algunos temas en la Argentina que imaginaba que estarían resueltos a esta altura del año.
-¿Se refiere a la deuda?
-Si, es uno de los temas que genera algo de incertidumbre incluso cuando no creo que vayan a darse situaciones binarias. No soy tan dramático. Sí creo que sería bueno darle vuelta a esa página, incluso para dedicarle energía a temas que hay que ir resolviendo.
-¿Qué más debería destrabarse?
-Para nosotros también son muy importantes las cuestiones regulatorias. Las aprobaciones que aún nos hacen falta para llevar adelante el negocio. Tenemos expectativa con el trigo en la Argentina, con la soja en China. Hace poco tuvimos una buena noticia de nuestros socios chinos que nos da la señal de que el gobierno chino se anima a dar aprobaciones, esperemos ser los próximos o que nuestro producto específico sea el próximo. En el caso del trigo es estrictamente un tema local, donde tenemos que terminar de definir con las autoridades de agricultura detalles para hacer de esto una realidad . Pensé que para esta altura del año eso ya estaría resuelto. Me refiero a la tecnología HB4
-¿Es la gran apuesta?
-Por lo menos es una apuesta muy importante porque lo venimos desarrollando desde el año 2003. Es la tecnología que logramos que no tiene ninguna otra compañía. Es algo único con lo que tratamos de mostrarnos al mundo y ahora tiene que llegar el momento de monetizarlo sino queda todo en la retórica. Es una linda historia que no se puede medir. Por eso es un desafio simbólicamente importante más allá del retorno económico que puede representar para nuestros inversores, para el sector tecnológico argentino. Creemos que poder materializarlo es completar un proceso de inicio a fin y que otros se animen a hacer cosas similares.
-¿Qué falta?
-Falta decisión política, entender que esto genera muchos más beneficios que riesgos desde el punto de vista comercial porque en cuanto a salud y medioambiente está completamente adecuado, fuera de discusión. Mantengo el optimismo de que puede salir este año.
-¿Será más atractivo financiarse en el exterior una vez que la Argentina solucione la deuda?
-Marginalmente, no creo que cambie milagrosamente de un día para el otro. No es que se podrá emitir deuda a la mitad de precio de forma ilimitada. Hay todo un estigma alrededor de la Argentina que no se va a resolver con la deuda. Siempre se usará una excusa para bajar el precio a cualquier iniciativa argentina por el estigma.
-¿Prevé más emisiones?
-Hoy tenemos una buena posición de liquidez por lo que no necesitamos hacer emisiones forzosamente. Si hay una ventana de oportunidad que nos permite mejorar nuestro perfil de costo de capital la vamos a aprovechar, pero es totalmente oportunista la decisión eventual.
-¿Para qué se usó el capital conseguido en las últimas emisiones?
-Una parte importante del capital que conseguimos está dedicado al escalado del HB4. Estamos haciendo casi 10.000 hectáreas de trigo ahora, vamos a hacer el doble de eso en soja probablemente. Es para tener en inventario listo para el día que estén todas las firmas. Asumimos el riesgo que si no lo conseguimos hay que industrializar todo eso de una manera autorizada, lo que es menos atractivo pero permite cierta cobertura de riesgo. Estamos hablando de decenas de millones de dólares que tenemos en gatera para el día que estén todas las firmas en la misma página.
-¿Qué pasará con Bioceres cuando salga esa aprobación?
-Siempre dijimos que con la materialización del HB4 podríamos tener una empresa que sea dos o tres veces la que hoy tenemos. Eso no ocurre en un día sino en un proceso de dos o tres años. Ya estamos estructurados para tener ese tamaño.
-La pandemia jerarquizó la ciencia, ¿será permanente?
-Algo va a quedar. Es súper destacable como en tan poco tiempo se lograron cosas que en la historia tardaban mucho más tiempo. Desde que se desatan los primeros brotes en China hasta que se secuencia el virus y se identifica la proteína para una vacuna, se tardaron meses. Antes se tardaban años. Ya hay 100 procesos de vacuna en investigación, algunas ya en fase clínica. Hay un nivel de colaboración poco habitual en el mundo de la ciencia donde hay muchos egos. El shock fue tan fuerte que creó un entorno muy colaborativo. Pero también es probable que algún momento vuelva a ser más importante el fútbol o algún show de TV. Mientras tanto, con la ciencia tuvimos 5 minutos de fama.