Julio 6, 2024
Opinión

Escenario para el maíz argentino durante el segundo semestre

Diego de la Puente

A juzgar por las últimas estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), pareciera que no hubo prácticamente casos de ataque de chicharrita en nuestro país. En este sentido, dicho organismo mantuvo las mismas 53 millones de toneladas que había estimado durante el mes de mayo, muy por encima de los aproximadamente 45 millones que se estiman localmente. Pero mal que le pese al USDA, las pérdidas son significativas y la mejor manera de mostrarlo es con la marcha de los precios. Al respecto, la evolución de la posición julio 2024 en el Matba/Rofex muestra como las cotizaciones del forrajero en nuestro país se fueron apreciando en relación a la misma posición de Chicago. Por ejemplo, a esta misma altura del año pasado el descuento de nuestro maíz con respecto al mercado de referencia rondaba los 60 dólares por tonelada, mientras que actualmente nos ubicamos en 20 dólares de premio.

 

En ese contexto, la incertidumbre aumenta en la medida que nos vayamos distanciando del momento de cosecha. Por un lado, los consumos -con lógica- se preguntan cómo será al abastecimiento durante el segundo semestre, pensando que recién volveremos a tener cosecha de maíz allá por marzo-abril del próximo año, al tiempo que muchos productores maiceros ya han decidido no sembrar este año en “zonas calientes” de ataque de chicharrita. Otros, en cambio, se encuentran en esa divergencia emocional de decidir “arriesgar” para, eventualmente, ganar.

 

La incertidumbre local, tampoco ayuda. El devenir de los últimos acontecimientos económicos y los rumores sobre devaluaciones, quita del dólar blend y de baja del impuesto país, que el Gobierno se han encargado de desmentir una y otra vez, no hacen más que aumentar la vacilación en el hombre de campo sobre que hacer con la cosecha. Al momento de redactarse la presente columna, el productor argentino tenía vendida el 70% de la cosecha de trigo, el 50% de la de maíz y el 45% de la producción de soja. En todos los casos por debajo del promedio histórico. En el caso del forrajero, si todavía queda por comercializar la mitad de la cosecha, teniendo en cuenta las pérdidas por chicharrita, el panorama para los consumos no debería ser tan ajustado en lo que resta del año. Sin embargo, el ritmo de venta es lo que preocupa.

 

Por otro lado, teniendo en cuenta que los precios actualmente ofrecidos por el forrajero se ubican muy por encima de la capacidad teórica de pago del exportador, es una buena oportunidad para aquellos que tienen necesidades financieras o necesitan hacerse de liquidez en estos momentos. Sólo queda por dilucidar, quizá, el tema más importante de todos para el maíz, y es el devenir climático en Estados Unidos durante este mes de julio. Estamos ingresando en el periodo crítico del cultivo y lo que ocurra con las lluvias y las temperaturas serán cruciales. A prestar atención, entonces…