El título de la presente columna hace referencia al conocido juego de mesa “Plan táctico y estratégico de guerra” (TEG por sus siglas en inglés). En rigor, China no atacó a nadie, todavía. No obstante, Nancy Pelosi quien desempeña el cargo de presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos desde enero de 2019, logró enfurecer al Presidente de China Xi Jinping luego de haber incorporado dentro de su gira por el sudeste asiático a Taipéi, capital de Taiwán. En respuesta a ello, Pekín responde al viaje de la política estadounidense con un aumento de los ejercicios militares en la región, aunque los analistas ven poco probable que desencadene un conflicto bélico.

Así las cosas, las sumatorias de “hechos desafortunados” en los últimos 4 años parecieran no tener precedentes y claramente no dan respiro. En 2018 el inicio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China sería el prolegómeno de lo que vendría: Gripe porcina africana, COVID-19, invasión de Rusia a Ucrania y, actualmente la posibilidad de una estanflación global con el Gigante Asiático tratando de ver si anexa Taiwán a China continental. ¡Cartón lleno! Si bien no hay nada definido en este último sentido, la visita de Pelosi a Taiwán podría generarle a Xi la excusa ideal para tomar una decisión final. Según las últimas informaciones conocidas el jueves 4 de este mes, el ejército de China continental ha lanzado 11 misiles balísticos cerca de Taiwán, y la isla ha condenado las acciones como “irracionales". En respuesta, Taiwán ha informado que ha activado sus sistemas de defensa y se está “preparando para la guerra”.

En Argentina

Mientras todo esto ocurre fuera de las fronteras de nuestro país, en Argentina el cambio de ministro de Economía genera la “volatilidad” propia de toda alteración a la normalidad. Si bien todavía el flamante ministro y su equipo económico no dieron precisiones técnicas sobre las medidas que dejó entrever el propio Sergio Massa en su breve discurso luego de la asunción, se esperan medidas para el sector agropecuario en los próximos días. Como consecuencia, el movimiento comercial es relativamente lento por estos días. Dentro de la ecuación económica de un productor agropecuario, el precio del grano resulta vital para definir el margen de utilidad. Y ese “precio” tiene a su vez dos componentes. Por un lado, está la cotización del producto y por el otro el tipo de cambio. Tomando como ejemplo la soja, Chicago inició la presente semana con bajas de 22 dólares por tonelada por las tensiones entre China y Estados Unidos. Al momento de redactarse la presente columna, las cotizaciones en la misma plaza (tres días después) estaban subiendo cerca de 20 dólares la tonelada. Los “vaivenes” en el tipo de cambio, me exceden de cualquier comentario.

Al parecer, la zona de turbulencia todavía no ha cesado. Habrá que seguir con el cinturón ajustado tratando de aprovechar los mejores momentos para definir coberturas comerciales. “Stay tuned” dicen los americanos. Para nosotros sería “manténgase informado” …