Octubre 8, 2016
Opinión

Si de gestión comercial se trata

Diego de la Puente

 

 

El ingreso de la cosecha estadounidense de maíz y soja se enmarca dentro de un nuevo récord productivo. Si bien existieron dudas sobre el volumen final de la producción en función de las abundantes lluvias acaecidas en las últimas semanas, en la medida que avanza la trilla de soja los rindes siguen siendo muy buenos al tiempo que van mejorando en el maíz, luego de un arranque poco auspicioso en función de las expectativas previas. Claramente esta no es una novedad. Tampoco lo es, el hecho que durante los últimos años tuvimos casi 10 cosechas récords consecutivas en las principales regiones productoras del planeta. Y digo “casi” porque la de este año en Sudamérica resultó ser la segunda más importante de la historia. Para que los números den correctamente, hay que tener en cuenta que cada 6 meses hay una cosecha de granos en el mundo. La primera se da en el Hemisferio Norte y la segunda en el Sur. De ahí que esas “casi” 10 cosechas se dieran en los últimos 5 años.
La gran volatilidad inherente a estos mercados se convalida aún con cosechas récord. Es como si la fortísima demanda internacional de granos obligara a los oferentes a tener que hacer un esfuerzo adicional todos los años para tener que “lograr las expectativas”. Por otro lado, la relación stock/consumo de soja en los Estados Unidos siempre comienza muy auspiciosamente, pero en la medida que avanza el ciclo comercial, el mercado se va dando cuenta que con China, India, el resto de los Tigres de Asia, más los biocombustibles, no alcanza y termina cediendo a valores históricamente bajos. Además, la muy probable reducción en el área implantada con la oleaginosa en Sudamérica para este año, también ayuda en tal sentido. Sólo resta esperar a que se termine de cosechar la soja estadounidense, se siembre en Sudamérica y se atraviese el periodo crítico en estas latitudes para definir el precio. Parece poca cosa, pero claramente no lo es.

¿Cómo cubrirnos?

Más allá de qué estrategias emplear en la cobertura de precios a cosecha, está la idea de “cobertura”. La cabal noción que la gestión comercial es algo realmente importante. Y sin duda que los es. Con precios que han variado hasta un 160% en la posición Julio de Chicago durante el año 2008 y algo similar durante el 2009, dejar librado al azar o al riesgo del mercado semejante decisión, pareciera por lo menos temerario. Teniendo en cuenta que la demanda no frena, al menos por ahora, nuevamente estaremos apostando a una nueva cosecha récord. Durante los últimos años ello ocurrió con un clima que resultó casi perfecto (a modo de ejemplo, el promedio de lluvias en el cinturón sojero/maicero estadounidense de los últimos tres años para los meses de Junio, Julio y Agosto -periodo crítico de los cultivos- resultó el más alto desde el año 1895 a la fecha). Claramente podría seguir ocurriendo. ¿Pero si en cambio no pasara? ¿Si el clima no resultara tan perfecto? ¿A dónde podrían llegar a dispararse los precios? Quizá el mejor ejemplo es el de la actual campaña de soja en Sudamérica. Con la segunda cosecha más importante de la historia, las cotizaciones treparon 120 Dólares por tonelada en Chicago. No hay mucho que agregar. Las estrategias comerciales flexibles se imponen en escenarios de alta volatilidad de precios. Y, esto último, es lo que justamente está ocurriendo