Abril 13, 2024
Opinión

Los oleaginosos de alto contenido de aceite en el podio de las oportunidades

Diego de la Puente

Los desafíos que plantea la cuestión medioambiental en el mundo entero, “dispara” un sinnúmero de vectores en todas las direcciones. Uno de ellos tiene que ver con el uso de biocombustibles, particularmente con la mayor utilización de biodiesel y de diésel renovable. La gran cantidad de plantas de diésel renovable que se están construyendo actualmente en Estados Unidos genera otro interrogante. ¿De dónde van a sacar la materia prima para poder abastecerlas? Partiendo de la base que en el País del Norte se utiliza aceite de soja para la producción de estos biocombustibles, la molienda de la oleaginosa se ubica en niveles récord en la actual temporada.

 

No obstante, debe quedar claro que el mayor consumo de biocombustibles demanda, en este caso al que nos estamos refiriendo, mayor aceite, pero no mayor harina. Teniendo en cuenta que la soja es un producto “harinero” -ya que de la molienda se obtiene aproximadamente 80% de harina y solo 20% de aceite- ello resulta en una complicación a futuro. Si rápidamente no se encuentra demanda para ese exceso de harina, que ahora se va a empezar a acumular como resultado de la molturación, los valores de la soja estarán “tironeados” entre el “lastre” que representa este último subproducto, por un lado, al tiempo que por el otro se verían potenciados al alza por la mayor demanda del aceite. De hecho, la realidad actual así lo muestra. Desde que arrancamos el año, ambos subproductos evidenciaron bajas importantes en sus cotizaciones, hasta aproximadamente el mes de marzo. Desde ahí y hasta hoy, el óleo logró recuperar el 100% de las bajas previas, mientras que la proteína vegetal continúa en precios mínimos.

 

El otro cultivo que se utiliza mucho también en la producción de biodiesel es la palma. En tal sentido, Indonesia y Malasia son los principales productores mundiales y su aceite es el más importante a escala global. Pero el tema relevante es que la producción del óleo de soja y de palma, representan casi el 60% de la oferta mundial de los 17 principales aceites y grasas. En la medida que cada vez se usen más ambos productos para “quemarlos” en la combustión de motores en la industria automotriz y, más recientemente, en la industria naviera y aeronáutica, los usos tradicionales deberán ser reemplazados por otros aceites vegetales.

 

El girasol y la colza/canola parecieran ser los que naturalmente pueden tomar la posta. El primero es el oleaginoso con mayor contenido de aceite, llegando a casi el 40%. En el caso de la colza/canola los valores bajan solo un poco para ubicarse cercanos al 34%. Claramente, los próximos años van a ser desafiantes en todo sentido. El medio ambiente, los conflictos bélicos, las crisis económicas y los factores imponderables que hoy no están, pero con seguridad van a ir asomando conforme vayamos avanzado en el tiempo, nos obligan a estar atentos a las oportunidades. Porque quizá lo que resulta importante entender es que estos mercados dejaron de ser de grandes tendencias para analizar al largo plazo y son mucho más mercados de pulsiones. Para seguir con atención…