Noviembre 12, 2018
Opinión

Mercado de Granos: En una coyuntura complicada y márgenes ajustados para la Gruesa 2018/19

Fidel Poehls

El año para trigo y cebada se encamina como muy diferente al panorama de la soja y del maíz.

Fidel M. Poehls.- Las cotizaciones de Chicago siguen presionadas por la “Trade War” desatada por el Presidente Trump allá por principios de este año. Cuando los Estados Unidos le impusieron derechos de importación a una importante cantidad de mercancías chinas. La cual generó represalias por parte de China con aranceles a la importación de más de una centena de productos. El más importante para nosotros la soja. Los meses pasan y más allá de algunos anuncios e idas y venidas la relación entre ambas potencias no ha mejorado. El mundo aguarda con mucha expectativa la reunión de ambos presidentes a fin de mes en nuestro país en el marco del G-20.

En consecuencia las cotizaciones estadounidenses sufren importantes castigos a nivel FOB con respecto a los orígenes sudamericanos. Brasil, fue el principal beneficiado del conflicto y ha embarcado soja hacia la República Popular en volúmenes nunca antes vistos. Estimulado por un Real devaluado frente al Dólar y una cosecha récord. Lo cual le facilitó en gran medida las cosas a China.

Hacia Octubre el vecino país ya había embarcado alrededor de 75 millones de toneladas en lo que va del año. Dejando su saldo exportable virtualmente agotado. China busca nuevos proveedores de poroto antes de tener que caer en Estados Unidos. Argentina, se esboza como el principal. Desde Septiembre hasta ahora, la negociación se les agilizó.

Esta última circunstancia se da como consecuencia de los cambios introducidos por el Gobierno Argentino en materia de Derechos de Exportación. Ya que dichas modificaciones benefician la venta al exterior de poroto sin procesar en detrimento de los subproductos como la harina y el aceite. Ello debido a que se ha anulado el “diferencial arancelario” que generaba un gravamen mayor para las exportaciones de poroto de soja respecto del que se imponía a las de harina y aceite de soja. Hasta el 2 de Septiembre, el poroto de soja pagaba un 3% por encima de los subproductos. Esta decisión es muy controversial, toda vez que reduce la ventaja de la que disponía la industria aceitera para moler soja y beneficia a la exportación del poroto sin procesar. Las opiniones al respecto son muy contradictorias y a pesar de ello muchas varias muy respetables. Nuestra opinión es que dicho diferencial compensaba los gravámenes que muchos países importadores le imponían a la harina y al aceite de soja de origen argentino. Resulta claro que el esquema vigente hasta hace un mes atrás resultaba favorable para los productores argentinos y para el país. Las estadísticas muestran que las exportaciones argentinas del complejo sojero se han realizado siempre a más de 50 destinos diferentes. Sin la ventaja del diferencial arancelario y teniendo en consideración que la soja no se consume directamente, facilitar la exportación de poroto sin procesar sólo beneficia a aquellos destinos que sí la puedan procesar. A saber: la Unión Europea o China. Es decir, la medida parece haber sido tomada en beneficio de los chinos, que han visto crecer exponencialmente los embarques de poroto argentino a sus puertos en las últimas semanas. ¿Tendrá ello que ver con la ayuda financiera a través de swaps que el Gobierno está negociando con China? Interrogante difícil de responder.

Todo ello en un año extremadamente difícil para la industria aceitera radicada en nuestro país. A las pérdidas productivas generadas por la brutal sequía del primer trimestre se le suma ahora la competencia de los exportadores de poroto sin procesar. Se estima que, a pesar de la novedad de las importaciones de soja estadounidense por los gravámenes chinos a las ventas directas de EE.UU. a China (además de la soja paraguaya y brasileña), las fábricas locales promediarán en el año una utilización menor al 60% de su capacidad de crushing.

Es importante destacar que la industria en numerosas oportunidades no ha reflejado el beneficio del ahora extinto diferencial arancelario en el precio pagado a los productores. Beneficio que era obtenido por un descuento en el precio lleno que deberían obtener. 

 

Fina 2018/19:

 

El año para trigo y cebada se encamina como muy diferente al panorama de la soja y del maíz. Los problemas productivos de la campaña 2018/19 en los principales países exportadores de trigo y cebada posicionarían a la Argentina en esta campaña como un jugador clave en el comercio global. En este sentido, la caída productiva en la Unión Europea, los países de la Ex Unión Soviética y Australia, entre otros; Prometen una demanda muy firme de nuestros cereales. Ello, lo demuestran altos valores que han tenido las posiciones de cosecha durante todo el año. A pesar de contar con alrededor de 11% de retenciones.

En trigo, los valores de la entrega en cosecha se aproximaban, hasta el momento de redacción de este informe, a los U$S/Ton. 185.

Además, los altos niveles de compras por parte del sector exportador son otra señal de la firmeza de la demanda externa. Al respecto, según el último informe de Compras Ventas y Embarques de la Secretaria de Agroindustria al pasado 24 de Octubre indica que dicho sector mantiene comprados 6,7 millones de toneladas. Dicho nivel es récord para esta fecha. Todo un desafío logístico para los meses de Diciembre/Enero. Es importante destacar que el volumen de embarques de trigo más alto registrado en un mes fue de 3,2 millones de toneladas en Enero de 2008. Ello, indica que quienes deban vender el cereal en plena cosecha se van a encontrar con una demanda satisfecha. Lo cual podría pesar sobre los valores. Además los 1,4 millones de toneladas de cebada adquiridas por la exportación son parte también de este problema y podrían sumar presión bajista adicional a los valores en cosecha.

Pero por otro lado, dicho nivel de compras tiene su lado bueno. Esto muestra que el mundo busca nuestro trigo. Por ahora es imposible conocer el destino de las compras. A dicho número, se le deberían agregar las compras de Brasil (nuestro principal cliente). Se presume que aún no ha comprado más de un millón de toneladas. Su comportamiento habitual es comprar alrededor de 5,50 millones de toneladas distribuidas uniformemente a lo largo del año.

En dicho marco, si nuestro país se encamina hacia una cosecha de 19 millones de toneladas. La demanda interna sería de 6,5 millones de toneladas. Por lo tanto, el saldo exportable se elevaría a 12,5 millones de toneladas (prácticamente igual al de la presente). Ello, permite suponer, no asegurar, que el saldo exportable estaría comprometido en un alto porcentaje antes de arrancar la cosecha.

 

La Gruesa 2018/19:

 

Más allá de las cuestiones políticas previamente detalladas. Para la campaña que se está sembrando por nuestros pagos comienzan a orejearse varios factores a tener en cuenta.

En principio, Estados Unidos está terminando de levantar una cosecha que es récord para la soja 127,7 millones de toneladas. Una enorme oferta con una demanda golpeada por la guerra comercial.

Si a ello, se le agrega que tanto el Peso argentino como el Real brasileño devaluados frente al Dólar indican una mayor siembra para Sudamérica. Lo cual está sucediendo. Además, la mayoría de los pronósticos coinciden en la probabilidad que sea año Niño, en donde históricamente la cosecha en nuestra región se ubica por encima de la media. Todo tiende a indicar que en materia de precios para el primer semestre de 2019 es difícil ser alcista. La recomendación es aprovechar las oportunidades que el mercado vaya dando para realizar coberturas. El proceder aconsejable es la compra de puts sobre la posición Mayo que aseguren un precio mínimo de venta de alrededor de 240 Dólares por tonelada.

Pero este panorama es posible que cambie para mediados de 2019. La intención de siembra del Hemisferio Norte para la campaña 2019/20, especialmente para Estados Unidos es EL factor a monitorear. Al respecto, el USDA el viernes 2 de noviembre ofreció sus primeras cifras “oficiosas” en su tradicional informe BASELINE. En él se proyecta una caída de casi 3 millones de hectáreas destinadas a la soja, casi un 7,5% menos que el ciclo previo. La renta del ‘farmer’ viene muy golpeada y las sanciones por parte de China a la soja estadounidense fueron el golpe de gracia. Dicha caída en la superficie muy probablemente redunde en un crecimiento del área sembrada de maíz y de trigo.

En maíz la situación es diferente. Los niveles de stocks en Estados Unidos a pesar de una gran cosecha (375,40 millones de toneladas según el USDA) caen a sus niveles más bajos de los últimos cinco años. En el resto de los exportadores (Brasil, Argentina y Ucrania), las reservas también son ajustadas. Por lo tanto, el primer semestre de 2019 se va configurando con un mejor escenario de precios relativos que el de la soja. Adicionalmente el alto volumen de compras por parte de la exportación de la cosecha 2017/18 prevé un verano en donde el forrajero va a ser escaso. A fines de octubre, los exportadores llevaban comprados casi 20 millones de toneladas de una cosecha que depende la estimación ronda los 32 millones de toneladas. Aún faltan varios meses para que ingrese el maíz nuevo y ya el saldo exportable estaría agotado. Panorama difícil para el consumo interno.