Junio 8, 2019
Opinión

Con la fuerza de "su Majestad" el clima

Diego de la Puente

Como un guiño del destino hacía los productores argentinos que durante la temporada pasada tuvieron que padecer la peor sequía de los últimos 65 años, Las incesantes lluvias en Estados Unidos, parecieran comenzar a dar alguna revancha. Pero esa “revancha” poco tiene que ver con el destino de los Farmers estadounidenses, sino más bien con la terrible decisión de Donald Trump de declararle la guerra comercial a China hace aproximadamente un año atrás. Por esos momentos, los productores en nuestro país comenzaban a tratar de compensar la menor cosecha con una incipiente pero segura recuperación en los precios. Lo que vino después, es historia. Este año pintaba similar. De una tregua en la “guerra” y la posibilidad de un acuerdo definitivo, pasamos a la reedición de un nuevo conflicto, solo que ahora con mayores aranceles. Nuevamente y en plena cosecha sudamericana (sólo que esta vez con una gran producción), el amigo Donald volvía a hacer de las suyas con fondos de inversión que parecían disfrutar de incrementar su ya abultada posición sobrevendida.

 

Hace solo unas semanas atrás la desazón reinaba por el corazón de los productores sudamericanos que, con una cosecha récord ingresando al circuito comercial, el reinicio del conflicto entre Estados Unidos y China y la gripe porcina africana, veían que el esfuerzo productivo se iba diluyendo con precios que parecían no encontrar “pisos”.

 

La importancia de un factor clave

 

Pero el clima siempre tiene la última palabra. Casi de manera inédita, las incesantes lluvias acaecidas durante las últimas semanas en el cinturón sojero-maicero estadounidense generaron el mayor atraso en la implantación de estos dos cultivos desde que se tienen registros estadísticos.  Y decimos “inédita” porque resulta muy poco probable que Estados Unidos tenga complicaciones al momento de la siembra. Si bien todavía son pocos los que se animan a dar cifras de cuánto finalmente podría caer el área de maíz y de soja, algunos de nuestros contactos estiman un área implantada con maíz de 34,8 millones de hectáreas (2,8 millones menos que lo informado por el USDA en su último reporte), al tiempo que en soja el área caería -por ahora- solo un millón de hectáreas. Teniendo en cuenta estos dos guarismos y con algo que pueda reducirse el rinde estimado por siembras fuera de la fecha óptima, la situación podría ser potencialmente grave desde el punto de vista de la oferta. Por supuesto que con la capacidad de implantación que tienen los productores estadounidenses (cercana a los 20 millones de hectáreas en una semana), habrá que seguir muy de cerca lo que ocurre en los próximos 10 días. Más allá de los subsidios y compensaciones que la Administración Trump pueda dar, su “Majestad” el clima siempre tendrá la última palabra. Y esa última palabra la tendremos dentro de aproximadamente 10 días. Para seguir con atención…