Agosto 8, 2022
Lo que pasa en el sector
Agronegocios

La geopolítica podría marcar el ritmo de la comercialización de los granos

Ante un convulsionado escenario internacional, son numerosos los elementos a tener en cuenta.

Desde que asumió Sergio Massa en el Ministerio de Economía, el Gobierno trabaja en un esquema que tiente a los tenedores de granos a acelerar sus ventas. A pesar de haber sido tildados de especuladores por gran parte del arco político oficialista, desde el sector productivo advierten que no se trata de la actitud mencionada, sino más bien de una reacción de defensa para proteger los intereses de cada productor ante los desafíos que vienen, que ni los actuales funcionarios han puesto sobre la mesa para diagramar soluciones.

El panorama local en el mercado de granos se define de la siguiente manera: en el caso de la producción de trigo, prácticamente ya se vendió todo lo que se podía. En maíz las ventas están tan adelantadas que incluso son superiores a las de soja. En ambos casos se adelantaron retenciones que el Estado ya cobró. Y en el caso de la oleaginosa estrella, en virtud de las medidas implementadas que condicionan la venta del resto de los granos, la soja es la elegida para atesorar. Es el propio Gobierno el que, poniendo restricciones al resto de los granos, incita al productor a retener la única cosecha que no debe responder a “puntos de equilibrio” para ser comercializada. Con ella, el productor debe subsistir hasta el año que viene, ver cómo avanza la siembra de trigo si es que lo sembró, asegurarse de calzar los insumos necesarios para la próxima campaña y resguardar lo suficiente para cumplir con el pago del alquiler del campo que aún no se fijó por parte de los dueños, algo que ocurre en el 70% de la producción local.

Pero lo que sucede en el mercado doméstico no es lo único que el productor debe observar a la hora de tomar decisiones. La geopolítica es, desde hace tiempo, una variable determinante a la hora de planificar la campaña agrícola.

Enrique Erize, titular de la Consultora Nóvitas, aseguró en diálogo con Ámbito no recordar un momento en la historia con tantos factores del mercado jugando al mismo tiempo. Explicó que “por un lado tenemos los cultivos en Estados Unidos, donde se están definiendo los rindes en soja y con un maíz en la etapa final de floración. También la salida de la producción de Ucrania que comenzó con un barco y podrían salir otros más mientras que Volodímir Zelenski asegure que la producción de cereales se va a ubicar muy por debajo de lo esperado”.

Además, reaparece otra tensión bélica que podría tener impacto en las decisiones de los productores agrícolas en la Argentina: la que existe entre China y Taiwán. El mundo esta conectado y las decisiones políticas los gobernantes podrían tener un impacto económico pocas veces visto.

La semana pasada Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., llegó a Taiwán -la isla rebelde- en el marco de una gira que realizó por el sudeste asiático. Esa situación reavivó la tirantez entre China y Estados Unidos e impulsó nuevos ejercicios militares por parte del gigante asiático que sistemáticamente amenaza con invadir la isla.

Según Erize, “si China invade Taiwán, eso sería una señal muy bajista para el mercado de granos en Chicago. De hecho, cuando surgieron esos rumores los commodities cayeron fuerte y luego rebotaron, mostrando extrema volatilidad. Sería una reacción bajista porque China podría recibir un bloqueo de barcos cerealeros, entonces Chicago se derrumbaría”.

Aquí es donde se pone interesante para los productores locales, porque esta situación podría tener un impacto aún más fuerte que las discusiones domésticas. Erize explicó a este medio que “Argentina tendrá que tomar una decisión, podría adherir al bloqueo a China o aprovechar la situación, como ocurrió a fines de la década del 70 cuando Rusia invadió Afganistán -el mundo bloqueó a Rusia- y nosotros le vendimos todo el trigo a los rusos”.

Expectativas

Según el titular de la Consultora Novitas, “en este escenario, es probable que Chicago se derrumbe pero que en la Argentina la soja explote. Son cuestiones que generan volatilidad, incertidumbre y cuando pasa eso el productor no sabe qué hacer, pero seguro no va a vender su soja y recibir un 30% de dólares al tipo de cambio solidario y un bono por el 70% de su mercadería”.

Las decisiones que debe tomar el productor agrícola están atravesadas por variables locales e internacionales y en ese marco, la última propuesta del Gobierno para que liquiden no parece ser atractiva.

Por último, Erize explicó que se debe pensar muy bien una nueva propuesta para el campo, porque si un productor tiene trigo, maíz y soja y le dan un precio espectacular para la soja, va a retener los cereales y eso podría generar un caos para los avícolas y los molineros.

Hay que tener cuidado con las reacciones adversas, no se trata de dar un tipo de cambio alto para que el productor venda la soja sino de una solu-

ción más integral que contemple todos los escenarios posibles.

De todas maneras, hay una buena noticia para el empresario agrícola. Erize aseguró que “estos conflictos bélicos pueden ser bajistas pero los números que el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) pronostica para 2023 son angustiantes y la proyección de cosecha para Sudamérica es fantasiosa. Yo le recomiendo a los productores que no se apuren a vender porque tenemos por delante otro año de precios buenos”.

Fuente: 
Por Daniel Aprile - Ambito