Mayo 21, 2018
Lo que pasa en el sector
Optimismo

Con clima y precio a favor, el trigo augura un año récord

Por las lluvias y una cotización favorable, prevén que el cereal crezca en área y producción, traccionando un auge del uso de tecnologías, sobre todo, de fertilizantes.

Fuente de la imagen: 
Google.com

Esteban Fuentes.- El trigo es sin duda un cultivo emblemático para la Argentina. La superficie sembrada, en función de los vaivenes económicos ante las restricciones comerciales, ha variado notablemente. Sin embargo, en las últimas campañas viene recuperando terreno que había perdido por la posibilidad de obtener un resultado económico favorable.

 

Y los productores ya decidieron. La apuesta para esta campaña será al trigo. ¿Por qué? Por que las condiciones de siembra empiezan a ser adecuadas tras las lluvias, después de una intensa sequía que produjo importantes pérdidas en soja y maíz. Y el precio de los granos para la venta es más que atractivo para el productor. Y sin contar los valiosos aportes agronómicos que trae introducir a este cereal de invierno en la rotación.

 

Ante este contexto, se estima que la campaña será récord, tanto en área como en producción. Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la intención de siembra para el ciclo 2018/19 será de 6,1 millones de hectáreas con una producción de casi 20 millones de toneladas. A su vez, se espera que crezca el paquete tecnológico en el cultivo invernal, sobre todo la fertilización. Desde la misma entidad porteña aseguran que esta práctica puede crecer entre un 9% y 14%.

 

Luis Ventimiglia, técnico del INTA de 9 de Julio y referente en materia de fertilización, plantea que este año el productor debe aprovechar la campaña para producir y recuperar fertilidad.

 

Según describió el especialista, el promedio nacional productivo ronda los 3.000 kilos por hectárea. Por lo que se hizo una pregunta. ¿Este es el techo?. “La respuesta es rotundamente no y esto es avalado por un número mayúsculos de ensayos. Entonces, hay muchas causas para no tener más rendimiento. Pero con seguridad la fertilidad es una de las más importantes”, indicó.

 

Y repreguntó: “Cómo podremos mantener un sistema en producción creciente si ni siquiera reponemos los nutrientes que los cultivos exportan? Es imposible, aclaró, por lo que analizó que es hora “que comencemos a mirar la cosa desde otra óptica”.

 

Para Ventimiglia esta campaña triguera que está por comenzar es una buena oportunidad ya que la relación económica se presenta favorable. Considerando los tres fertilizantes de uso habitual como son urea, fosfato monoamónico y sulfato de calcio, los cuales proporcionan nitrógeno, fósforo, azufre y calcio, la relación que tiene valor que tiene el trigo a cosechar es muy favorable con estos insumos.

 

Así, la cantidad de kilos de trigo necesarios para comprar un kilo de fertilizante este año es mejor que la de los últimos tres.

 

Para la urea en este ciclo se necesita 1,6 kilos de trigo para comprar un kilo del fertilizante (valor de U$S 390 por tonelada) mientras que en 2016 el productor había necesitado 2,3 kilos de trigo. Y en el caso del fosfato monoamónico, sucede lo mismo.

 

En este ciclo se precisa 2,2 kilos del cereal para obtener un kilo del fertilizante (U$S 550 por tonelada) mientras que hace dos años la relación había sido de 3,5 kilos del cereal. “Las respuestas que se logran en cualquier lote de la región triguera argentina, son muy superiores a lo que se necesita para pagar el fertilizante, en consecuencia, esta campaña sería la campaña para fertilizar adecuadamente, es decir no debería haber excusas”.

 

Este año, prosiguió, también se podría recuperar parte de la fertilidad perdida con algunos nutrientes, por ejemplo, el fósforo. “La caja de ahorro (fertilidad natural), está bastante vacía, ya no solo se detectan respuestas a los nutrientes antes descriptos, hoy es común encontrar también respuestas a elementos menores (micronutrientes), los casos más emblemáticos son: zinc y boro. Es hora que comencemos a recuperar la fertilidad perdida y a mejorar las producciones factibles de alcanzar en nuestros ambientes productivos”.

 

En este sentido, Jorge Bassi, vice presidente de Fertilizar AsociaciónCivil, había remarcado en una jornada tiempo atrás que también ahora se busca calidad en el trigo, no solo rinde. Y esto está asociado al fertilizante nitrogenado. “Si cosechamos proteína por debajo de 10% es que al trigo le faltó nitrógeno”, enfatizó el directivo.

 

Por otro lado, la otra pata fundamental para que se pueda invertir, tiene que ver con el valor del cultivo. Y las perspectivas son muy buenas.

 

Según Gustavo López, director de la consultora de granos Agritrend, la producción de trigo para el ciclo 2018/19 a nivel mundial será de 739 millones de toneladas lo que marca una caída de un 3% en comparación con el ciclo previo Y a su vez, el consumo crecerá levemente con 5 millones de toneladas en relación al año pasado alcanzando los 745 millones de toneladas. “Esto hará que caigan los stocks mundiales por lo que el precio estará sostenido”, apuntó.

 

En este sentido, aclaró que los grandes productores mundiales de trigo, como la Unión Europea, los países soviéticos y Estados Unidos, caerán en sus producciones. Solo se prevé que Argentina y Australia aumenten la superficie.

 

A propósito de lo que sucederá en el mercado local, de las casi 20 millones de toneladas que se producirán, abasteciendo el mercado local con 6 millones de toneladas, para la exportación quedarían 14 millones de toneladas. “El precio del trigo en la posición enero/febrero es de U$S 200 por tonelada. El precio es un claro incentivo”, sostuvo. Y agregó que en los último dos años el valor del trigo para la misma posición era de U$S 150 por tonelada. “De todas maneras, han subido los costos pero este precio es alentador”.

 

Por consiguiente, surge de un análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario, con estos valores actuales del trigo para enero 2019, la cadena del cereal aportará al Producto Bruto Interno de US$ 3.800 millones. Al mismo tiempo, considerando un consumo interno de productos de la molinería estable, habría exportaciones en torno a los 12,3 millones de toneladas, muy cerca del récord histórico de 12,8 millones logrado en la campaña 2016/17. Con estos números, más otras 700 mil toneladas que podrían exportarse de harina, significa que el complejo triguero aportaría divisas por unos US$ 2.800 millones.

Fuente: 
Clarín
URL fuente: 
http://www.clarin.com/